Richard Gerver es docente, autor de los libros ‘Crear hoy la escuela del mañana’ y ‘Cambio’, y un gran referente a nivel internacional en innovación educativa. Asesora a nivel educativo a instituciones y da charlas por todo el mundo además de colaborar con diversos medios de comunicación. Opina que necesitamos niños que “pueden prosperar en tiempos cambiantes, que desarrollen sus habilidades empresariales, que tengan capacidad de resolver problemas, que puedan trabajar en equipo y que tengan pensamiento creativo” y eso sólo podremos verlo si toda la sociedad trabaja en equipo porque como recuerda Gerver»se necesita un pueblo para criar a un niño». Y si hablamos de educación necesitamos uno aún “más grande y más involucrado” de lo que imaginamos. En Madresfera hemos hablado con este londinense de 44 años aprovechando su paso el pasado mes de septiembre por el I Congreso Internacional de Innovación Educativa, organizado por el Gobierno de Aragón.
Por Diana Oliver
Usted es Premio Nacional de Enseñanza en el Reino Unido, doctor en educación por la Universidad Derby y es considerado un líder de la nueva educación. Son muchas las instituciones y gobiernos que le piden asesoramiento para adaptar la educación a las necesidades actuales y futuras. ¿Cuál es el mensaje que transmite a los políticos responsables en educación cuando se reúne con ellos?
Siempre comienzo con las mismas cuestiones; en primer lugar, debemos darnos cuenta de que la mayor parte de lo que la política ha hecho en los últimos 20 años no es transformar la educación, sino encontrar formas de hacer que el sistema existente sea más eficiente. La educación debe mirar mucho más allá de la eficiencia y explorar el problema de cómo diseñamos un sistema que prepare a nuestros niños para su futuro. En segundo lugar, necesitamos desarrollar una claridad de visión para nuestros sistemas educativos. ¿Qué queremos que sean nuestros hijos?, ¿qué habilidades, comportamientos y conocimientos necesitarán para prosperar en un mundo que está cambiando exponencialmente y donde los empleos y las profesiones tradicionales están evolucionando rápidamente? Necesitamos niños que puedan prosperar en tiempos cambiantes, que desarrollen sus habilidades empresariales, que tengan capacidad de resolver problemas, que puedan trabajar en equipo y que tengan pensamiento creativo.
¿Van tomando conciencia las instituciones y gobiernos de lo importante que es la educación?
Creo que los gobiernos y las instituciones siempre han sido conscientes de la importancia de la educación. A todos los involucrados en el debate educativo les importa, pero el problema es cómo se conduce hacia nuestros intereses y eso es lo que debe cambiar. Hay demasiada polarización, demasiada ira y ego involucrados. Necesitamos unirnos en nuestra pasión por la educación y el futuro infantil, dedicar tiempo a ampliar nuestra investigación y experiencias para que participen grupos más amplios en las discusiones y los diseños. El problema, en parte, es que la educación y su desarrollo son impulsados por personas de dentro de la educación y por los políticos. Si la educación se trata de preparar a los niños para los desafíos de su futuro, entonces debemos incluir organizaciones y personas en campos más allá del sistema mismo. ¿Recuerdas el proverbio africano de que «se necesita un pueblo para criar a un niño»? Bueno, necesitamos un pueblo más grande y más involucrado.
Si la educación se trata de preparar a los niños para los desafíos de su futuro, entonces debemos incluir organizaciones y personas en campos más allá del sistema mismo.
Se quejan muchos maestros de que la política educativa muchas veces no va de la mano de la realidad de docentes y entorno educativo. ¿Están muy alejados los políticos de la realidad educativa?
Creo que los políticos y los responsables políticos deben confiar más en los educadores y ver la política como una herramienta de empoderamiento, no de control. Para que la educación sea adecuada para el propósito, no puede ser impulsada por la política, sino por una investigación continua y por el desarrollo práctico. Como ya dije, necesitamos ampliar la conversación para incluir empresas, profesionales, empresas sociales, organizaciones benéficas y todos los aspectos de una sociedad moderna y en continua evolución. De manera crucial, los políticos deben comprender que la educación no se trata de exámenes y calificaciones; sí juegan un papel importante en el monitoreo y la evaluación del desempeño, pero en demasiados países se han convertido en el foco principal y eso tiene como resultado que los niños están pobremente preparados para la realidad del mundo en el que se van a tener que desenvolver. La confianza es la clave aquí; los políticos pueden responsabilizarse de la educación, sí, ¡pero tienen que dejar de tratar de controlarla!
En tu participación en el I Congreso Internacional de Innovación Educativa, organizado por el Gobierno de Aragón, hablaste de ‘Crear hoy la escuela del mañana: El futuro de la educación’. ¿Cómo debe ser la escuela del mañana?
Deben ser centros donde la sociedad se una para proporcionar educación a los niños; una educación rica en contextos y en experiencias reales, que abarque a toda la sociedad y que no se trate sólo de una actividad académica cerrada. Las escuelas futuras deberían estar vivas y abiertas a la innovación, la investigación y el desarrollo profesional. Debemos recordar que el aprendizaje en línea y digital es excelente, pero la educación es realmente sobre el desarrollo de los seres humanos.
En esa escuela, ¿pueden convivir nuevos y antiguos métodos de educación?
Absolutamente. Los grandes maestros y la gran educación siempre han estado presentes en las relaciones y el desarrollo humano. Los grandes maestros son expertos en traducir conceptos nuevos y desafiantes y hacer que el aprendizaje sea importante para sus estudiantes. Una gran enseñanza siempre ha consistido en utilizar los recursos adecuados en el momento adecuado para mejorar la experiencia de aprendizaje y para empoderar a los estudiantes para que se sientan en control de su propio aprendizaje y, lo que es más importante, para vean que es aplicable en sus propias vidas.
Has dicho en varias ocasiones que el modelo actual no es suficiente para los retos que se encontrarán los que hoy son estudiantes durante el siglo XXI. ¿De qué retos hablamos?
Como ya he mencionado, el mundo ha cambiado y continuará haciéndolo. La tecnología, por supuesto, ha sido el catalizador principal para ese cambio, ya que ha llevado a una comunidad que se mueve rápidamente y es mucho más global. La educación tradicional fue diseñada para preparar a los jóvenes a trabajar y vivir en la Era Industrial; con altos niveles de habilidades cognitivas de rutina, eficiencia técnica y la capacidad de retener altas cantidades de información. Este ya no es el caso. Los principales empleadores de hoy buscan un conjunto de habilidades mucho más amplio. Quieren personas que puedan aprender, adaptarse y cambiar continuamente, quieren jóvenes con alto nivel de habilidades personales, con pensamiento creativo e innovador y que sean capaces de autogestionarse y liderar.
Los empleadores actuales quieren personas que puedan aprender, adaptarse y cambiar continuamente, quieren jóvenes con alto nivel de habilidades personales, con pensamiento creativo e innovador y que sean capaces de autogestionarse y liderar.
¿Qué competencias deberían desarrollar los actuales alumnos para abordar dichos retos?
Necesitan ser capaces de apropiarse de su propio desarrollo, deben ser curiosos y capaces de arriesgarse. Necesitan ser buenos comunicadores, buenos jugadores de equipo y solucionadores de problemas. Deberán ser capaces de detectar oportunidades y tener la confianza para actuar en consecuencia. Más que nada, tendrán que poder prosperar en la incertidumbre y ser capaces de hacer frente a un cambio constante. Las nuevas tecnologías se han incorporado desde hace más de una década a la educación.
¿Qué le aportan a la educación del siglo XXI?
Son herramientas fantásticas, dinámicas y emocionantes que continuarán mejorando no sólo la educación, sino también la vida. Los niños de hoy son la generación para la cual la tecnología es parte de sus vidas, no una adición. Utilizan la tecnología para comunicarse, aprender y jugar de manera totalmente intuitiva. Debemos recordar que la tecnología no es la respuesta, pero es un catalizador para el cambio. También continuará siendo así, a un ritmo exponencial. Debemos aceptar la tecnología como educadores, pero no tener miedo ni permitir que domine el proceso. Como Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, me recordó hace algunos años, la tecnología es una herramienta sorprendente, pero la educación siempre ha sido y debe ser sobre el desarrollo de los seres humanos. Para garantizar que eso suceda, la interacción humana debe estar siempre en el corazón del viaje.
La tecnología no es la respuesta, pero es un catalizador para el cambio.
Nos decía el docente César Bona en una entrevista que escuela y familia deben trabajar juntos en la educación de los hijos. ¿Qué opinas? ¿Debemos trabajar en equipo? De ser así, ¿por qué es importante?
En primer lugar, decir que me encanta César y respeto enormemente su trabajo. Él tiene toda la razón. He dicho a lo largo de mi carrera que los padres no deben pasar la responsabilidad a las escuelas; no pueden entregar a sus hijos en la puerta del colegio a los 5 años y recogerlos a los 18 años educados. Las escuelas y las familias deben trabajar juntas. Deberían encontrar formas de garantizar que el aprendizaje en la escuela esté incorporado a través de las experiencias en el hogar. Las habilidades que requieren la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la innovación y el riesgo deben reflejarse y desarrollarse a lo largo de la vida de un niño. Todos debemos trabajar arduamente para garantizar que todos los niños tengan un amplio conjunto de experiencias y oportunidades que continúen estimulando su curiosidad e imaginación. También es vital recordar que estamos preparando a nuestros hijos para su futuro: debemos alentarlos a tener sus propios sueños y aspiraciones y luego ayudarlos a desarrollar la capacidad de lograrlos.
¿Cuál es nuestra misión como padres en la educación del siglo XXI?
La misma que han tenido siempre los padres: nutrir y apoyar a nuestros hijos, asegurarnos de que están rodeados de amor, risas y oportunidades. Debemos asegurarnos de que no tengan miedo de cometer errores o arriesgarse, y debemos asegurarnos de que estén lo suficientemente confiados y preparados para que puedan tomar sus propios caminos en la vida. No debemos vivir nuestros sueños a través de ellos, y eso puede ser difícil de llevara a la práctica. Finalmente, necesitamos tener el coraje de dejarlos ir para que puedan elegir su propio viaje.
¿Qué deberíamos tener en cuenta los padres a la hora de elegir un colegio?
Siempre he dicho lo mismo a los padres: confía en tu instinto. ¿Crees que es un lugar donde tu hijo puede ser feliz y prosperar? Nadie conoce a tu hijo mejor que tú. No basta con creernos el folleto que reparten en los pasillos del centro, hay que ir más allá. ¿Puedes sentirlo? Si es así, entonces es probablemente una buena opción. También creo en el poder de la risa. Los maestros felices y relajados hacen niños felices y relajados. Y los niños felices y relajados son los estudiantes más exitosos así que ¡asegúrate de escuchar la risa! Finalmente, creo que es importante encontrar una escuela donde los niños sean tratados y respetados como personas, las escuelas que controlan a los niños como animales salvajes que esperan ser civilizados pueden lograr el éxito académico, pero no crearán personas exitosas.