Hablar de maternidad, de partos, de crianza, y de tetas no invalida ni choca con el resto de realidades. Esto parece muy de perogrullo para un domingo caluroso de julio, pero parece que no lo es.
Leer a Elvira Lindo, a quien me he aproximado en muchísimas ocasiones con alegría, reivindicando dejar los partos atrás enarbolando a Virginia Wolf , como si nos convirtieran en conversadoras de temas menores, me despierta como nunca las ganas de hablar, de hablarnos, desde todas las experiencias, y también la crianza y la infancia, con toda su magnitud. De darle su lugar a todas las charlas y sus colores, de las que se han arrepentido, de las que no, de las que lo sufren, de las que lo han dejado atrás, de las que no quieren cambiar de tema, de las que eligen no serlo, de las que quieren y no pueden, de las que lo ven como algo heroico, de las que lo tienen asimilado como respirar… De todas aprendemos algo, de todas las historias sacamos lecciones, y de las tuyas también, Elvira, incluso aunque no estemos de acuerdo en tu punto de vista.
¿Que no te interesan? Perfecto, a mí tampoco me interesan las criptomonedas o la liga de fútbol inglesa, o puede que en cierto momento vital no me interesen las tribulaciones de una mujer en la veintena o cómo preparar una maratón. Quizás no sea el momento de leerlo, quizás sí y no lo sepa aún, pero de ahí a negar su dimensión, su riqueza y su validez, y pensar que solo interesa lo que me interesa a mí, hay un mundo.
¿Por qué es menos lícito y valioso hablar de la dimensión maternal que de la profesional? ¿Por qué la conversación sobre crianzas sigue estando relegada al cajón de los calcetines cuando la manera en la que criamos y crecemos determina de manera crucial el bienestar de toda la sociedad? ¿Por qué despreciar facetas de la vida de una mujer acogiéndonos a esa supuesta superioridad intelectual o literaria?
¿Por qué reivindicarnos negando las realidades y conversaciones ajenas, Elvira? No solo traemos hijos al mundo, pero
A título personal y sobre eso que comentas de las conversaciones con los hijos, guardo como reliquias familiares las anécdotas sobre mi infancia y lo que nos pasó durante aquellos años. Daría hasta mi clave del wifi por poder sentarme con mi madre y hablar, muy pegaditas, sobre su propia maternidad. Esa conversación que nunca he podido tener al entrar yo misma en esta etapa y que tanto he añorado. Ojalá poder haber compartido con ella también su manera de vernos y verse. Ese tema menor, dices, que hay que dejar atrás…
Aquí en Madresfera, por nuestra parte, seguiremos hablando de vida y aprendizaje, de partos, de respeto, de superación y de lucha, de la no maternidad y la libertad de elección, de salud mental y alegría, de humor y tristeza, de duelos y nacimientos. De ensayos sobre maternidades precarias como el de Diana Oliver y de partos con Ibone Olza. De filosofía, de sexo, de economía, de política y de tetas con Alba Padró… De la vida misma, que está, afortunadamente, plagada de matices, de hilos de los que tirar y palabras sobre las que reflexionar.
1 thoughts on “Hablar sobre crianzas, partos, tetas y de lo que te salga del coño”
Marina
(17 julio, 2022 -11:02 am)Quizás me equivoco, no he leído el texto completo, pero los trocitos que he podido leer unido a la fecha de nacimiento de la autora me hace pensar en una generación de mujeres que tuvo que comportarse como si no lo fuesen evitando hablar en público de temas propios o considerados “de mujeres” y por ello, menos importantes, como embarazo-parto-lactancia-menstruación-hogar-crianza… para poder abrirse hueco en una sociedad de hombres y que se las considerase merecedoras de su sitio.
Como bien dices, que no te interese escuchar esas historias no las hace menos importantes para quien quiere compartirlas u oírlas. No hay temas para ser relegados a rincones oscuros, para hablarlos bajito y sin molestar. Eso sí es falta de libertad e independencia, la autocensura al tener que medir las palabras y los temas porque “de eso no se habla, que no es importante”. ¿Quién decide qué es importante mas que una misma?