Según un estudio de Top Doctors, el 44% de la población padece síntomas de ansiedad, depresión o tristeza en Navidad. A ellos habría que sumar otro porcentaje, igual o incluso superior, que sufren estrés por aspectos relacionados con las fiestas navideñas (comidas, regalos, economía…). ¿Feliz Navidad?
Por Adrián Cordellat
La Navidad es una época especial, de reencuentros familiares, de tiempo compartido con la gente que queremos, de ilusión por la llegada de los Reyes Magos y de Papá Noel (cada uno que elija su favorito), de solidaridad, de supuesta felicidad y de esperanza, la que siempre parece insuflar la llegada de un año nuevo. Pero, ¿es así siempre la Navidad o ese es el concepto de Navidad que se ha impuesto, el que nos han vendido como hegemónico? Luces, saludos y despedidas acompañados de un “feliz navidad” o un “felices fiestas” de rigor; villancicos, anuncios publicitarios que buscan tocar nuestra fibra más sensible, dulces por doquier, películas melodramáticas con final feliz bajo los copos de nieve, mensajes Mr. Wonderful para subirnos la autoestima y recordarnos que podemos con todo. ¿Nos han impuesto la felicidad a toda costa?
Pareciera que sí, porque según un estudio de Top Doctors el 44% de la población padece síntomas de ansiedad, depresión o tristeza en Navidad. Y nadie lo diría. “La gente por lo general no quiere entender que estés triste ni quiere pensar que puedas estarlo. En verano porque hace sol, el fin de semana porque estás libre, si trabajas porque trabajas, si no lo haces porque tienes tiempo libre. Y en Navidad una de las muchas obligaciones que hay es ser feliz, constantemente, las 24 horas del día”, afirma Lucy, seudónimo bajo el que se esconde la autora del blog Chibimundo.es, que considera que hemos creado una cultura en la que expresar las emociones “está feo” y, en ese sentido, pone el ejemplo a seguir de los niños: “Ellos son muy emocionales y los adultos hemos perdido eso que es básico en Navidad. El expresar la ilusión a tope, la tristeza a tope, el amor a tope. Esa es la base de la Navidad, ¿no? Que las emociones lo llenen todo”, reflexiona.
Lucy es parte de ese 44% de personas a las que la Navidad no les pone felices. Para Ana Saro, psicóloga en Bliss Psicología, la Navidad, o más concretamente la idea de Navidad que nos han vendido, tiene su parte culpa, pero recuerda que “la ansiedad, la depresión o el estrés son estados preexistentes” que se acentúan en estas fechas: “Nadie está fenomenal todo el año y de repente llega el 24 de diciembre y se viene abajo”. La prueba de la acentuación de estos cuadros sintomáticos la encuentra en su consulta, que como reconoce aumenta de afluencia tras las fiestas con “personas que lo han pasado bastante mal en Navidad y que se plantean superar esa tristeza o ese estrés provocado no tanto por la Navidad, sino porque ya lo traían ellos anteriormente y se ha agudizado en estas fechas”.
Estrés navideño
Y a la tristeza y la depresión se suma el estrés navideño. Según un estudio de Nascia, el 65% de las personas consultadas experimentan situaciones de estrés y ansiedad generalizados tanto en los días previos a la Navidad como en el transcurso de los días de fiesta. Pablo Muñoz, director de Nascia, señala tres motivos principales. “En primer lugar estaría la parte más práctica o económica, todo lo que tiene que ver con las compras y el exceso de gasto. Muchas veces la gente tira la casa por la ventana y luego vienen las consecuencias. Por otro lado está la parte social, todo lo que tiene que ver con comidas de empresa, con amigos, compromisos. Y luego, por último, está la parte familiar. Muchas veces, aunque es un motivo de alegría el reunirnos, echamos de menos a los que no están y eso supone un duelo, así como estrés por los compromisos”.
“¿Cómo no nos va a agobiar?”, se pregunta por su parte Lucy, que responde a su propia pregunta retórica: “si las obligaciones que nos imponen normales como el ser madre o tener una carrera profesional ya nos agobian de por sí, si juntas 10 o 20 obligaciones en un solo mes, lo más normal es que te sientas estresado y tengas un poquito, como poco, de ansiedad”.
Un estrés que según el estudio de Nascia se traduce en problemas a diversos niveles. Así, entre los síntomas más frecuentes, se encontrarían el insomnio (que reportaron el 65% de los encuestados), los dolores de cabeza (52%), los dolores musculares (80%) y los problemas estomacales (54%). Unos síntomas a los que habría que añadir los que afectan a nivel emocional como la ansiedad, la irritabilidad o la impaciencia: “Estamos más nerviosos en general y, como se suele decir, no nos aguantamos ni a nosotros mismos”, añade Pablo Muñoz.
¿Y qué hacer para prevenir estas situaciones? ¿Cómo poner coto a este estrés? Para Ana Saro es fundamental elegir entre todos los compromisos que se nos presentan en estas fechas y solo acudir a aquellos en los que verdaderamente nos apetezca estar. Y, junto a ello, reducir las expectativas: “El no graduar bien las expectativas es casi lo que más daño nos hace a nivel de sentirnos luego tristes y también a nivel de ponernos nerviosos”, explica.
A estos consejos, y en lo referente a las compras navideñas, el director de Nascia añade otra serie de recomendaciones como el planificar con antelación los regalos, fijar un presupuesto inamovible de gastos, no imponerse grandes obligaciones (“Hay que ser realistas y prácticos. A veces con un detalle es suficiente, ya que es más importante la intención que el hecho en sí”), y aprovechar las ventajas que ofrece el comercio online “para evitar desplazamientos y aglomeraciones y ganar un tiempo valioso en estas fechas”.
Y, sobre todo, keep calm y vivir la Navidad a nuestra manera, tal y como la sintamos en cada momento.
Podéis escuchar el podcast relacionado con este tema aquí con el psicólogo Josevi Baeza de Centro Baeza y el podcast Método Grow: