Operación «elegir colegio»: voces expertas nos ayudan

 

Elegir colegio es todo un reto. Lo sabemos, lo vivimos. Y si no te toca a ti este año pensarás: «Bueno, bueno, cómo lo vive esta gente… ¡Si tampoco es para tanto!»

Y no lo es. Hasta que te toca.

Y cada año, con las jornadas de puertas abiertas se nos plantean muchísimas dudas: qué tengo que buscar en el colegio «ideal» para mí y mi familia, qué factores tengo que buscar o priorizar, en qué debería priorizar y en qué no…

A lo mejor tú, lectora, lector, ya lo tienes claro y sabes perfectamente qué colegio es el que más te gusta. A lo mejor no tienes más donde elegir porque en tu ciudad o pueblo solo hay uno disponible.

Pero si no es ese el caso, y para ti que nos estás leyendo, el dilema existe, te traemos refuerzos madresféricos. Hemos hecho un llamamiento a amigas y amigos de la comunidad, voces expertas en el sector educativo desde diferentes perfiles y profesiones, pero todas y todos con experiencias y enfoques interesantes para lo que aquí nos ocupa: elegir, lo que para ellas y ellos, es un buen cole.

Vaya por delante que un buen cole no tiene por qué ser el mismo cole para todo el mundo. Eso es ASÍ. Y ningún ranking de coles, ya sean privados, concertados o incluso públicos, nos va a hacer cambiar de opinión. Cada familia es un mundo, su mundo, y tiene unas necesidades e intereses distintos. Así que, que exista variedad, y sobre todo, calidad en la oferta al alcance de todos, debería ser lo ideal. Y además lo que deberíamos reivindicar.

Y por supuesto, siempre pensamos en la búsqueda de colegio desde nuestras circunstancias, pero evidentemente no todas son las mismas. Y por esto, también queremos recoger lo que significa buscar un centro con atención a unas necesidades especiales, muy especiales y cómo empezar.

Pero bueno, dicho esto, vamos a leer a gente que sabe mucho sobre colegios, sobre educación, sobre pedagogía y a los que hemos atracado para que nos ayuden y nos den un poquito de luz.

Cecilia Gómez del Pino

Maestra Infantil. Mamá de tres. Bloguera en Un Corcho en la cocina y premio Madresfera al mejor blog de educación analógica y digital en 2020. Perfil en Twitter: @cecigodel

¿Qué debo tener en cuenta a la hora de elegir centro educativo?

7 puntos que considero importantes.

Es la gran pregunta que las familias nos hacemos antes de decidir dónde van a pasar la jornada escolar nuestros hijos e hijas.
Lo primero que debemos tener claro es que es una decisión que conlleva una serie de puntos a cuestionar:
1. ¿Público, concertado o privado? Como docente de la escuela pública y como madre de alumnos matriculados en la escuela pública, esta opción es la más elegida en general. Ahora bien, en cada ciudad habrá zonas en las que no sea posible elegir un centro que responda a las características que consideramos importante para esta elección, como podría ser por ejemplo que no tuviera Plan de Apertura a las familias (aula matinal, comedor escolar y actividades extraescolares). A la hora de elegir centro necesitamos tener claro qué ofrece el centro.
2. Ideario y Plan de Centro.
Para saber cómo trabaja el centro hay que mirar su web y sus redes sociales. Y ojo, que si esa web no es clara, no está actualizada o es un caos organizativo… ya sabes… lo dejas para el último de la lista. En ese documento podrás comprobar si el centro cumple con vuestras expectativas. Si es inclusivo, si tiene integración.
3. Cercanía. Para mí es importante que el centro no esté muy alejado del domicilio familiar o del puesto de trabajo.
4. Sus instalaciones.
5. La continuidad de etapas. Si es un centro que solo atiende a infantil, ¿qué centro de educación primaria tiene de referencia?
6. Habla con otras familias del centro y que os den su opinión. Habrá variedad de opiniones, por eso deben ser familias de distintos cursos y etapas.
7. Saber que si al final el centro no cumple con las expectativas, podemos cambiar y no pasa nada. A nosotros nos pasó con nuestro hijo mayor y se adaptó sin problema al cambio.

Albert Reverter

Albert Reverter, maestro y aboga por una Educación guiada por las evidencias. Cerrando brechas entre la Investigación científica y la práctica educativa. Blogger en El mcguffin educativo. Perfil en Twitter: @EfectoMcguffin

A día de hoy resulta difícil diferenciar entre la oferta de un colegio u otro, al menos en cuanto a discurso pedagógico. Mucha de la retórica actual en educación gira alrededor de palabras como competencial, inclusivo, emocional, creatividad y otras, con lo que para “vender el producto” algunos de estos aspectos parece que tengan que estar sí o sí en la oferta. Pero me interesa más saber en qué se concreta eso, porque una cosa es decirlo y otro llevarlo a cabo con eficacia.
Particularmente, me gustaría de entrada un colegio que se saliese de ese marco discursivo políticamente correcto establecido y tuviera la autoconfianza como centro de hablarme de aprendizaje sistemático de contenidos como base para la adquisición de las competencias, de con qué recursos humanos y arquitectónicos concretos cuentan para el trabajo de la inclusión, de qué proyecto de centro tienen para el seguimiento, tratamiento y ayuda a los alumnos con algunas dificultades en el aprendizaje, de cómo se hace el enfoque de acompañamiento emocional del alumnado y por tanto, me concretaran cada uno de esos puntos de cara a establecer si como centro se ha ido más allá que de la simple exposición de palabras que están de moda. Quiero un centro con carácter propio, sin miedo a ser diferente, que haya hecho una reflexión profunda como claustro de lo que quieren ser y hacer como escuela. Ni que decir que si la línea pedagógica va en consonancia con lo que los hallazgos en investigación educativa nos va diciendo, ESE sería mi centro.

María del Mar Sánchez Vera

Pedagoga. Profesora de Tecnología Educativa del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia y miembro del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa. Perfil de Twitter: @mallemar

En los últimos años, escoger colegio para nuestros hijos e hijas está siendo una decisión importante en las familias. Entender el sistema de puntos y tratar de no equivocarse en la decisión que se va a tomar se puede llegar a convertir en un quebradero de cabeza que provoca que a veces las familias vivan la selección, preinscripción y matricula en un centro educativo con mucha ansiedad.

Lo que sucede ahora es consecuencia de las transformaciones de algunas de las políticas autonómicas, que están llevando a los centros a tener que mostrar sus bondades y los beneficios de optar en esa elección por ese colegio y no por otro, generando una dinámica de demanda-oferta sobre las que todos deberíamos reflexionar.
Un consejo para las familias que se encuentren en esa tesitura es que, en la medida de lo posible, piensen en centros que no estén muy lejos de casa. En el día a día es más cómodo (y sostenible) poder ir andando al colegio. Poder acudir a un centro cerca de casa implica, además, que cuando vamos al súper nos encontramos con las familias del cole, coincidimos en el parque con los compañeros y compañeras de clase, y en definitiva, retomamos la vida de barrio con nuestros vecinos.
No obstante, no hay consejos universales que sirvan a todas las familias. Algunas familias, por ejemplo, escogen centros cerca de casa de los abuelos y abuelas por cuestiones de organización familiar, y son decisiones totalmente razonables en esa dinámica familiar. En otros casos, por ejemplo, es condición indispensable tener aula matinal y comedor. Cada familia tendrá que ver su situación y escoger lo que mejor se adecúa a todos.

Además, aconsejo a la hora de buscar información, no prestar especial atención solo a algunos aspectos como la dotación de recursos. Es cierto que es importante que el centro tenga, por ejemplo, pizarras digitales, pero si se usan de la misma forma que las pizarras tradicionales, realmente no es innovación educativa. Es más interesante considerar las prácticas educativas y los proyectos que tiene el centro.

Y finalmente, un aspecto que creo que es importante mencionar, es que a veces podemos darle muchas vueltas al centro, y es cierto que puede influir mucho, pero no olvidemos que la realidad de los niños y niñas será sobre todo su maestro/maestra y sus compañeros/compañeras. Eso son variables que no podemos controlar, por lo que seleccionemos la opción que consideremos que es la mejor decisión sin agobiarnos demasiado, confiemos en la profesionalidad de los docentes y aprovechemos ese interés en el mundo educativo para implicarnos en las AMPAS y mejorar entre todos y todas el sistema educativo.

Sofía Deza

Maestra de Educación Infantil y Primaria que actualmente compagina con la dirección del CEIP Clara Campoamor en Huércal de Almería. Perfil de Twitter: @sofiadeza

Un centro en el que importe la calidad del contenido y no tanto lo bonito del envoltorio, es decir la importancia de la calidad educativa por encima de la apariencia.

Esta calidad educativa se vivencia en:

1. Ambientes en los que primen la estabilidad emocional, que sea un centro que invite a entrar porque se aprende disfrutando, haciendo, creando…siendo feliz.

2. Centros en los que haya una preocupación real, efectiva por la EQUIDAD, la diversidad enriquece, por ello, las aulas deben ser ricas en valores y emociones. Un centro donde mi hij@ se relacione con niños y niñas donde se aprende a compartir lo bonito de la diversidad y se viva la empatía, colaboración y ayuda en situaciones reales.

3. La filosofía del centro. Ya que el sentido crítico, reflexivo y democrático invita al diálogo, dónde se convoquen asambleas, debates, tertulias,… en las que se cuestionen y se mejoren los aspectos escolares, medioambientales, sociales… se profundice en la concienciación social como individuo de una comunidad, pueblo, ciudad, país….Que sepamos que somos parte de la solución y del problema, de un mundo mejor.

4. La participación real de todos los sectores de la comunidad educativa: las familias tienen mucho que aportar.

5. En la creación de espacios y ambientes ricos dónde los niños y niñas están en contacto con la naturaleza, el medio ambiente, patios naturales, se hable y se trabaje el pensamiento computacional, robótica, Stem, desarrollo de competencias digitales…

6. La importancia de las artes y la belleza en nuestra vida cotidiana: música, pintura, escultura…

7. Un lugar dónde estén presentes los diferentes lenguajes, alfabetización mediática, audiovisual..

8. El trabajo basado metodologías activas, competenciales, investigativas, creativas, dónde “aprendamos a ser”: Aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje cooperativo y en equipo, aprendizaje servicio…

9. Un centro que desarrolle y viva la igualdad real entre hombres y mujeres compensando las desigualdades sociales desde una mirada violeta.

10. El respeto a los diferentes ritmos de aprendizaje, diseñando actividades dónde todo el mundo sea CAPAZ y pueda aportar su talento para el beneficio del grupo. INclusión

11. Apertura ante la innovación y la investigación para caminar hacia un centro del siglo XXI, en una sociedad del siglo XXI que busque el éxito educativo y social de todo el alumnado.

Podría seguir diciendo las bondades de esta escuela, en definitiva una escuela transformadora, cargadas de valores y edificada sobre una cultura de centro creada por todos y para todos, que valore a los niños y niñas como seres inteligentes.

Elvira Fernández Pena

Maestra, madre, bloguera y podcaster en Atención Selectiva y premio Madresfera al mejor podcast 2020. Perfil de Twitter: @elvira_fernndez

En mi opinión, como docente y como madre, hay puntos básicos en los que me fijaría, principalmente la titularidad (en mi caso, optaría por la pública) y especialmente si el centro educativo es inclusivo y no tiene barreras arquitectónicas; pues nunca sabemos si nuestro hijo, nuestra hija, puede tener una condición diversa el día de mañana o ya la tiene ahora, y no lo sabemos. Pero además, me parece fundamental saber si el centro es punitivo o por el contrario, dialogante o restaurativo. Me preocuparía, el hecho de que a mi hijo lo pudieran castigar y cómo. No tiene sentido educar en el diálogo si el colegio que escojo es conductista e impone el castigo antes que hacer entender las consecuencias de los errores, por ejemplo.

También si ponen deberes, de qué tipo y en qué cantidad. Si el alumnado trabaja de manera cooperativa o por el contrario se fomenta la competitividad.

Y además, me fijaría en cuan cuidadas están las zonas comunes, como el patio escolar, en si hay rincones de la paz o la calma, lugares para la participación tanto del alumnado como de las familias; y en general, si la actitud del profesorado es abierta y natural, enfocada a trabajar en equipo, haciéndome sentir parte de este maravilloso momento que es el inicio de una nueva, o incluso primera etapa educativa.

José Carlos Ruiz

Filósofo y promotor del pensamiento crítico. Autor de «Filosofía ante el Desánimo»,  El arte de pensar para niños, El arte de pensar, Las gafas de Cocola. josecarlosruiz.es. Perfil en Twitter: @srjosekarlos

Creo que hay aspectos a tener en cuenta, por ejemplo, los servicios que oferta el centro educativo, si tiene aula matinal, comedor o actividades extraescolares. En el caso de que el colegio tenga algún ideario o un tipo de metodología de trabajo prefijada, creo que es importante conocer en qué consiste.

Creo que es relevante el papel del AMPA en el colegio y conocer, si se puede, la implicación de las familias. Suele ser una referencia importante ver si existe una interrelación entre familias y escuela (tener por ejemplo una escuela de padres/madres activa e implicada).

También cobra relevancia el contexto en el que se encuentra y la estabilidad de la plantilla, nunca está de más pedir algunas referencias para saber cómo trabajan.

En otro orden de cosas, también puede ser fundamental para algunas familias las instalaciones y la cercanía. Esto último puede facilitar  que, cuando ellos crezcan, puedan ir en grupo de manera autónoma, al colegio.

 Ingrid Mosquera

Profesora de Universidad. Contratada doctor. Docente por vocación. Divulgadora por convicción. Didáctica, TIC, aprendizaje informal y #CharlasEducativas. Bloguera, youtube y podcaster con Sobre educación: reflexiones y propuestas. Perfil en Twitter: @imgende

No tengo una opinión formada al respecto de cómo escoger el mejor colegio. En todo caso, pienso que el adjetivo mejor es subjetivo y que su significado será diferente para cada familia.

Algunas familias querrán, o precisarán, poner el foco en la inclusión, otras en los idiomas o en los deportes. Por tanto, el mejor colegio será el que mejor se adapte a las necesidades de tu hijo o hija, así que no tiene por qué ser el mismo centro al que van los hijos de los vecinos o algún familiar nuestro.
Igualmente, a menudo se hace referencia a las metodologías. Personalmente, no creo que haya unas metodologías buenas y otras malas. Y no nos olvidemos, como decía Catherine L’Ecuyer en un podcast de Madresfera, de que una cosa es lo que se dice que se hace y otra muy distinta es lo que realmente se hace. Un colegio puede contar con muchos recursos, pretender desarrollar una educación bilingüe o aplicar metodologías innovadoras y punteras,
pero como esto no se haga de modo reflexionado y fundamentado, puede suponer un auténtico caos pedagógico.
Dejando trípticos y páginas web a un lado, útiles en un primer momento, pienso que resultaría interesante, en caso de ser posible, conocer experiencias reales de familias que hayan llevado, o lleven, sus niños a ese cole, así como visitar el centro, por supuesto.
Y, aunque suene muy mundano, quizás no debamos olvidarnos de cuestiones prácticas como: ¿podré llevar a mis hijos todos los días a ese cole que queda tan lejos de casa?, ¿qué horarios tiene?, ¿cuenta con comedor?, ¿con transporte?, ¿cómo vamos a llevar el día a día? Quedan muchas preguntas en el aire, pero estáis en el lugar adecuado, el universo madresférico, para informaros.

Iris Carabal

Maestra de Primaria y especialista de PT. Estudiante de Psicología. Blogger en avanzandoconemociones.com. Perfil en Twitter: @IrisMaestraPT

La elección de centro es algo muy personal que depende de las propias ideas socioculturales y la experiencia a partir del contexto de la familia que elige. En mi caso, creo que para decantarme por un centro educativo tendría muy en cuenta el proyecto educativo y las metodologías que emplean. Si llevan a cabo codocencias, asignaturas de libre configuración, proyectos, desdobles, el peso que le dan al uso del libro de texto en clase, etc. Trataría de interesarme por cuáles han sido sus últimas líneas formativas y en cómo entienden la atención a la diversidad.

Creo que si se trata de un centro que tiene muy en cuenta a la diversidad del alumnado en toda su expresión y que se encuentra capacitado para atenderlo, es un punto muy a su favor en la elección. Que sea un centro que cuenta con alumnado con necesidades educativas especiales matriculado también tiende a darme pistas positivas. Mi experiencia es que, en estos casos, el profesorado tiende a estar más concienciado y termina poniendo en práctica pequeños ajustes incluso con el alumnado que no presenta necesidades educativas especiales.

La Canastilla de Mamá

Rocío, madre de dos niños, profesora y periodista. Podcaster en La canastilla de mamá. Perfil en Twitter: @lacanastilla2

¿En qué deberíamos fijarnos a la hora de elegir colegio?

El colegio perfecto es en el que tus hijos estén felices. No hay más fórmulas mágicas. No hay más recetas.
Una vez dicho esto, podemos pasar a analizar otros aspectos que puede que nos ayuden a alcanzar esa felicidad que queremos para nuestros hijos.

Uno de los puntos que yo buscaría es que haya niños y familias de diferentes clases sociales. Es decir, que nuestro hijo se encuentre con diversidad de personas tal y como le sucederá cuando deje su vida escolar. La diferencia enriquece.

Trataría de buscar un colegio en el que lo manipulativo, lo sensorial, el trabajo en equipo, el diálogo como herramienta de trabajo de los alumnos, la investigación…, estuvieran en el día a día. Sin emoción no hay aprendizaje. Debemos buscar un centro en el que este objetivo esté presente.
Igualmente, trataría de buscar uno en el que la enseñanza en valores estuviera de una manera u otra en la vida de los niños. Así mismo, es importante que el profesorado se vuelque en la educación emocional de los niños. No sólo lo curricular es importante, las emociones y sensaciones de los niños son parte de su aprendizaje y crecimiento hacia la vida adulta.

Hablemos ahora del bilingüismo. Cada vez hay más colegios que ofertan enseñanza llamada bilingüe. Yo apostaría por uno que tratara de nivelar entre ambos idiomas, español e inglés, de modo que asignaturas como Ciencias Sociales o Ciencias Naturales no se impartieran únicamente en el idioma extranjero. Podemos optar por un colegio tradicional o uno en el que nos garanticen que la enseñanza de esas asignaturas tendrá alguna sesión en español. Los niveles de redacción o de vocabulario en nuestro idioma están decayendo a causa de esta enseñanza bilingüe.

Igualmente, tendría cuidado con que no abusaran de la enseñanza a través de las nuevas tecnologías. Aprender con ellas sí, abusar no. El libro de texto, por ejemplo, no se debería sustituir por una tableta.

Trata de buscar un colegio en el que la relación entre la comunidad educativa sea fluida y respetuosa. La escuela y las familias deben ir de la mano en la educación de los niños. Si hay fisuras, puede que no todo fluya como debiera y los últimos perjudicados serán los niños.

Dejo para el final otros tres puntos que sin ser puramente curriculares creo que también son importantes:
El horario que tenga el colegio, las extraescolares y el comedor.

Yo preguntaría si tiene primeros del cole, si dan desayunos o si hay extraescolares por la tarde. Puede que lo quieras utilizar o que no, pero es un servicio que te puede ser útil para un momento puntual o para tu día a día. Un buen abanico de extraescolares puede ayudar a tu hijo a ampliar su visión de la vida, a abrir nuevas ventanas al conocimiento que las asignaturas ordinarias puede que no se lo puedan ofrecer. Judo, baile, ajedrez, música… Todo educa y todo forma.
Finalmente, preguntaría si la comida la hacen en el mismo centro o si la traen de fuera. La alimentación de nuestros hijos es una parte esencial de su salud y debemos cuidarla.

Nuestros niños pasan muchas horas en los colegios. Elegir uno en el que se sientan queridos, importantes, respetados y valorados es parte de nuestra labor como padres y madres.

Silvia Pastor

Trabaja para proteger a menores de edad de abuso sexual y maltrato. Perfil en Twitter: @MellamanSiL

A la hora de elegir colegio lo primero a tener en cuenta desde el principio es que nos interesa la información tanto de infantil como de Primaria. Lo más útil es dividir lo que buscamos en dos grandes bloques:
Por un lado, todo lo que tiene que ver con lo educativo: Conocer el proyecto educativo que tiene el centro y en qué destaca (música, idiomas, deportes,…), qué metodología de trabajo tienen y cómo se va adaptando esta a medida que se van subiendo cursos. Dentro de esto, es importante conocer si trabajan con fichas o con libros, si se trabaja por proyectos, por rincones, qué tipo de evaluación realizan, carga de deberes, organización de aulas y espacios del centro, disponibilidad de madrugadores, comedor escolar, continuadores, etc. Es importante tener en cuenta si el centro es bilingüe, como lo tienen organizado (horas extra de inglés, o asignaturas del currículo en inglés) De ser lo segundo, metodología de trabajo de esas asignaturas en el aula. Otra cosa importante es saber las y los profesionales disponibles en el centro: profesorado fijo en el centro, logopeda, orientador/a, etc. y su disponibilidad de cara al alumnado. Además, debemos tener en cuenta al alumnado con necesidades educativas especiales ¿cómo trabajan? ¿Qué recursos tienen? Y, por último, con qué nivel salen de cara al instituto, qué resultados está obteniendo el alumnado que ha estado en el colegio y ahora está en un IES, y el número de repetidores.
Por el otro lado está algo que algunas personas lo dejan de lado, es todo lo que tiene que ver con la educación en valores, las relaciones sociales y la convivencia: Conocer la metodología de trabajo para trabajar valores como la tolerancia, el respeto o la igualdad, que incidirá directamente en la convivencia dentro de las aulas. Cómo trabajan la resolución de conflictos y el protocolo que utilizan ante situaciones de acoso escolar (si es propio del centro, o utilizan el de la comunidad en la que se vive) y si se ha ido algún niño o niña por una situación de este tipo y si trabajan de alguna manera su prevención. Preguntar por el reglamento interno del centro y su régimen disciplinario, si se castiga de alguna manera al alumnado y cómo se actúa ante las diferentes faltas, qué se considera falta leve y qué se considera falta grave. Por último, si existe escuela de familias donde se trabajen diferentes temas: acoso escolar, uso responsable de internet, educación afectivo-sexual desde la familia, estilos educativos, etc.

Juan Fernández

Docente de ESO y Bachillerato. Leo sobre aprendizaje y lo comento en mi blog. DoctoraNdo en psicología. Autor de «Educar en la complejidad». Blogger en investigaciondocente.com. Perfil en Twitter: @profesmadeinuk

A la hora de elegir colegio, me fijaría en dos aspectos. El primero es la acción tutorial: cómo se organizan las tutorías, qué importancia se le da a nivel de centro, y si hay mecanismos establecidos para la comunicación con las familias (por ejemplo: momentos de entrevista individual, gestión del grupo, etc.).

En segundo lugar me fijaría mucho en qué resultados consiguen con el alumnado con más dificultades. Es decir, si los métodos que se utilizan benefician sólo a las personas que tienen mucho apoyo en casa. Por ejemplo: un centro que consigue un nivel de inglés excelente sin academias, extraescolares o apoyo en casa. Este aspecto tiene que ver con una idea fundamental: que el centro que elijo aprovecha el tiempo escolar.

Además de esto, como remate final, preguntaría por los puntos débiles del centro y de su metodología. Si me dicen pocos o son vagos, sospecharía. Que exista honestidad en lo que no funciona me parece que dice mucho de la fiabilidad de lo que me han contado.

María Jesús Campos

Especialista en #psicología infantil, juvenil y familias. Talleres de inteligencia emocional & estrategias de #aprendizaje. Formación a profesionales y familias. Madre y bloguera en mariajesuscampos.es. Perfil en Twitter: @mariajesuspsi

La elección de centro escolar es un punto importante y delicado para muchas familias, ya que hay que tener en cuenta muchos aspectos que encajen en los intereses de la familia, horarios, cercanía, etc.
Uno de los puntos a tener en cuenta es conocer el centro escolar y el proyecto educativo que tiene el centro. No hay que fijarse tanto en si es nuevo o viejo, ya que el encanto lo darán sus docentes, el proyecto que se sigue y las dinámicas que en él hay.
También es importante conocer los profesionales especializados con los que cuenta el centro en caso de tener un hijo o hija con necesidades educativas, de manera que se tenga la información completa sobre si sus necesidades van a poder ser cubiertas y atendidas.
Otro aspecto que puede ser interesante es la cercanía al domicilio, el “colegio del barrio”. Favoreciendo así la posibilidad de ir andando, e incluso darles autonomía cuando son más
mayores. Y por supuesto los horarios con los que cuenta, si cubren las necesidades de la familia, tanto por las mañanas como por las tardes.
Un aspecto significativo es la implicación y participación que se ofrece a las familias en el centro escolar. Este punto a veces se deja de lado, pero es importante saber si las madres y padres pueden participar en actividades, propuestas que se lleven a cabo, colaborar en momentos puntuales (carnaval, navidad, fin de curso…), resumiendo, formar parte de la vida del centro, pero sin obligatoriedad y dentro de las posibilidades de cada familia. En este punto, la Asociación de madres y padres es un colectivo al que conocer y saber qué implicación y actuaciones llevan a cabo.
No olvidemos que el centro escolar debe ser un punto de comunicación, participación y unión entre profesorado, alumnado y familias.

Vanesa Pérez Padilla

Psicóloga, madre de 3 y comunicadora. Equipo de Saludesfera, bloguera en Y de verdad tienes 3. Terapeuta de familias en vanesaperezpadilla.com. Perfil en Twitter: @deverdadtienes3

Desde el momento en el que el equipo de orientación dictamina que la mejor opción para tu hijo es la escolarización en un recurso específico como es la Educación especial comienza una labor de búsqueda agotadora. Sales del despacho con tan solo un papel y tres nombres, sin más información. Y a la tristeza que esta decisión y el asumir que has agotado todos los
recursos te provoca, hemos de sumar el desconocimiento, porque el encontrar ESE centro requiere tener en cuenta elementos que no tenemos en cuenta por ejemplo a la hora de buscar un colegio ordinario.
Actualmente sabemos que nuestro hijo, con 14 años y una enormes necesidades de apoyo derivadas de su discapacidad, está en el mejor lugar posible y para llegar a este punto tuvimos en cuenta una serie de factores concretos.
1. Que el centro atendiera en su mayoría a alumnos con discapacidad intelectual. Existen centros destinados para atender pluridiscapacidades, alumnos con parálisis cerebral, síndrome de down o incluso centros de referencia para alumnos con sordera o ceguera. Buscamos aquél que encajaba más con sus necesidades porque al estar especializado contaba con los recursos y personal formado y experto.
2. Que contase con recursos más allá de los 21 años (la educación especial abarca de los 3 hasta esta edad). Buscábamos la tranquilidad de contar con un proyecto de vida.
3. La distribución de espacios, más allá de que el centro fuera bonito, más nuevo o no. Lugares accesibles, abiertos, amplios, con salas y aulas preparadas, con espacios al aire libre donde nuestro hijo pudiera moverse y realizar todo tipo de actividades.
4. Para encontrar esto tuvimos que recurrir a un centro que se encuentra rodeado de naturaleza, en otro municipio, por lo que la ruta escolar suponía otro requisito. En nuestro caso teníamos que valorar que había dos pequeños más y los desplazamientos se hacían inviables.
5. El equipo de profesionales. Un equipo comprometido, con personas de referencia, que atienden no solo al alumno de manera integral contando con la familia, su entorno, sus propias características. El conocer los canales de información, que hubiera un enfoque centrado en la familia en la que todos podamos participar fue fundamental y saber que su objetivo era poner el foco en fortalecer sus capacidades, trabajar su autonomía en la mayor medida posible y, sobre todo, que fuera feliz fue determinante.
Por último, es importante conocer según la comunidad autónoma en la que se resida que se cuenta con ayudas para sufragar gastos de transporte y comedor algo que puede ayudarnos también a tomar la decisión.
Aún recuerdo como llegamos ya terminado el mes de octubre y, tras enseñarnos todo el colegio, nos reunieron en una sala con todos los profesionales para conocernos y explicarnos, mientras su futura tutora me cogía de la mano y me decía “esta va a ser también su familia”. Y lo es.

Siempre es interesante leer a la doctora en educación y psicología, Catherine L’Ecuyer, autora de Educar en el Asombro y Educar en la realidad y que en su reciente entrevista a 20 Minutos sobre su último libro Conversaciones con mi maestra (cuyo podcast en Madresfera podéis escuchar aquí) podemos encontrar este párrafo que podemos aplicar perfectamente a este momento «decisión trascendental» cuando se plantea la innovación como alegato promocional en un centro.

«La novedad no es un concepto educativo, es un concepto comercial. La educación no es verdadera por ser innovadora, es innovadora por ser verdadera. Y es verdadera cuando los fines que persigue toman en cuenta la naturaleza de la persona, tienen un propósito inteligente. Sin ese propósito, vamos como pollos sin cabeza y nos rendimos a un activismo pedagógico que agota al profesorado y a los alumnos».

Esperamos que este recopilatorio de respuestas de gente que vive la educación día a día desde diferentes enfoques y perspectivas te ayude en tu camino y búsqueda de «vuestro colegio».

¡Que la fuerza os acompañe!

Ah: Si ya has pasado por este proceso y quieres participar y contarnos qué fue lo que te decidió, no dudes en dejarnos un comentario y ayudar también a quien lo necesite. ¡Gracias!

Autor entrada: Mónica

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