El estado de alarma no durará indefinidamente, y en algún momento podremos volver a salir a la calle a afrontar nuestro nuevo estilo de vida, más allá de la compra, farmacia o gestiones bancarias. Tras cinco semanas de estrictas medidas nos encontramos a las puertas de una flexibilización del confinamiento para los niños, además, gran parte de la población ha regresado a sus trabajos o espera hacerlo en breve, y son muchas las dudas que aún tenemos la población no sanitaria respecto a las medidas de protección. En concreto el tema uso de las mascarillas es uno de los más frecuentes y no deja de circular por redes y medios.
Son muchos tipos, muchas normativas, muchas recomendaciones y, al final, aún con toda la información a nuestro alcance, las personas de a pie seguimos sin tener claro 1) qué mascarillla utilizar en caso de tener que hacerlo y 2) cómo utilizarla.
Como consecuencia se están produciendo compras masivas innecesarias (produciendo escasez para aquellos colectivos que si las necesitan o van a necesitar) y se está haciendo un uso inadecuado, que no podemos permitirnos, tanto por el riesgo de infectar /ser infectados como por supuesto por el actual coste económico de las mismas.
Pero vamos a lo que realmente interesa: ¿qué tipo de mascarillas hay? ¿para qué son necesarias? ¿quiénes deben utilizarlas? ¿en qué situaciones? y sobre todo ¿cómo utilizarlas con seguridad?
¿PARA QUÉ SIRVEN LAS MASCARILLAS?
El objetivo fundamental del empleo de una mascarilla de barrera o quirúrgica es evitar la transmisión de la infección desde un paciente infectado o sospechoso, al resto de la población. No obstante, la eficacia de las mascarillas de barrera para reducir este riesgo no está totalmente establecida.
Por otra parte, las mascarillas filtrantes sí tienen como finalidad la prevención del contagio por parte del usuario de la misma, especialmente importante en el caso de profesionales sanitarios, tanto por los riesgos personales a los que se ven expuestos como por los riesgos comunitarios que podrían ocasionar en caso de convertirse en pacientes asintomáticos, que podrían actuar como fuente de contagio.
Una mascarilla no proporciona por sí sola suficiente protección y deben tomarse otras precauciones. Se debe combinar su uso con una buena higiene de las manos, distancia social y otras medidas de prevención como la manera de toser, estornudar, evitar tocarse la cara, etc
TIPOS DE MASCARILLAS
Existen tres grandes grupos: mascarillas quirúrgicas, mascarillas filtrantes y mascarillas higiénicas (y dentro de estas últimas se encontrarían las de fabricación casera)
Mascarillas quirúrgicas.
Son mascarillas de uso médico y cuentan con triple capa, las de dentro y fuera son de poliéster y la capa central es de polipropilen. Se utilizan con el objetivo de proteger al paciente de posibles agentes infecciosos presentes en la cavidad nasal o bucal del usuario de la mascarilla. Pueden ser utilizadas también por pacientes y otras personas con el objetivo de reducir el riesgo de propagación de infecciones.
Ejercen básicamente de barrera para evitar la emisión de gotitas respiratorias al estornudar o toser, por tanto, tienen la finalidad de evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que la lleva, pero no son efectivas para prevenir el contagio.
Están autorizadas como productos sanitarios y son las únicas que desde hace unos días cuentan con un precio fijo a nivel estatal.
Mascarillas filtrantes (también llamadas autofiltrantes).
Contienen un filtro de micropartículas gracias al cual pueden proteger al usuario de la mascarilla frente a la inhalación de contaminantes ambientales –en partículas o aerosoles–. No protegen frente a gases o vapores, si bien existen máscaras con filtros específicos para esos casos.
Se consideran Equipos de Protección Individual (EPI).
Se clasifican en base a su rendimiento en:
− FFP1 (filtro de partículas tipo P1): tienen una eficacia de filtración mínima del 78% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 22%. No se recomiendan para uso médico.
− FFP2 (filtro de partículas tipo P2): tienen una eficacia de filtración mínima del 92% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 8%. Se utilizan frente a aerosoles de baja o moderada toxicidad. Uso médico
− FFP3 (filtro de partículas tipo P3): tienen una eficacia de filtración mínima del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%. Se utilizan frente a aerosoles de alta toxicidad. Específicas para uso médico.
Mascarillas FFP1, FFP2 y FFP 3
Pueden tener o no una válvula de exhalación para reducir la humedad y el calor dentro de la mascarilla, proporcionando una mayor comodidad al usuario y ofreciendo la sensación de una menor resistencia respiratoria. Las que tienen válvula no deberían utilizarse en el caso de pacientes infectados con COVID-19, ya que podrían transmitir el virus a través de la válvula, salvo en el caso de que la válvula estuviera protegida o diseñada para evitar dicha transmisión hacia el exterior.
Las FFP2 y FFP3 van a proteger al usuario frente a la infección COVID-19. Además, podrían evitar la transmisión desde el usuario hacia el exterior, en caso de que estuvieran diseñadas para ello. Deben reservarse para profesionales sanitarios que atiendan a personas infectadas, en especial, las FFP3 para situaciones en las que se generen aerosoles que favorezcan el contagio, como en caso de intubación traqueal, entilación manual, etc.
Mascarillas higiénicas o de barrera.
Están destinadas a personas sin síntomas que no sean susceptibles de utilizar mascarillas quirúrgicas ni filtrantes, en base a las recomendaciones establecidas por el Ministerio de Sanidad y en aquellas situaciones en las que el desabastecimiento de mascarillas de uso médico las puedan hacer recomendables.
El objetivo es intentar reducir el riesgo de transmisión del virus desde la boca y la nariz del usuario no enfermo o asintomático, como medida complementaria. No obstante no hay datos actualmente que permitan establecer su eficacia para prevenir esta transmisión.
Este tipo de mascarillas son las que se están repartiendo en lugares concurridos por parte de las diversas administraciones.
Pueden ser No reutilizables o Reutilizables. En este caso el lavado y secado de la mascarilla debe ser acorde a las recomendaciones del fabricante. Después se deben revisar por si se detectara algún daño.
Aquí entrarían las mascarillas de origen casero, que hay que desinfectar en la lavadora a 60 grados mínimo.
Las mascarillas higiénicas no son un producto sanitario (PS) ni un equipo de protección individual (EPI).
Otras mascarillas, como por ejemplo las antipolen, no protegen del COVID-19.
¿QUIÉN DEBE UTILIZAR MASCARILLA Y EN QUÉ SITUACIONES?
Partamos de la base de que NO todo el mundo necesita mascarillas.
En la población general, en caso de tener que usarlas porque no se puedan mantener las distancias de seguridad por ejemplo, se plantea el uso de las mascarillas higiénicas. Las sanitarias se priorizan para personal sanitario y para pacientes confirmados con COVID-19, personas encargadas de los cuidados de personas infectadas y grupos vulnerables.
Así deberán utilizarlas:
- Todo personal sanitario, para su propia protección y la de los pacientes que atienden.
- Personas con COVID-19 y si hay sospecha de tenerlo
- Personas con tos o estornudos
- Si hay sintomatología respiratoria
- Personas dentro del grupo de riesgo: personas mayores, inmunodeprimidas o con complicaciones. También se aconseja, por precaución, que las empleen sus allegados.
- Personas sanas solo si se atiende a alguien con COVID-19 o con sospecha de infección.
- Cuando aún sin tener síntomas, no sea posible mantener las medidas de distanciamiento social, especialmente en lugares concurridos como transporte público, comercios, etc.
¿CÓMO UTILIZAR CORRECTAMENTE LA MASCARILLA?
¿Cómo ponerse la mascarilla?
Hay que llevar a cabo una serie de pasos:
- Recogernos el pelo en caso de llevarlo largo.
- Lavarse las manos con agua y jabón o con una solución hidroalcohólica.
- Identificar la parte superior de la mascarilla.
- Colocar la mascarilla en la cara. Si dispone de pinza nasal, ajustarla a la nariz.
- Enganchar la mascarilla a las orejas o a la parte posterior de la cabeza, según el modelo.
- Bajar la parte inferior de la mascarilla a la barbilla, verificando que cubra la barbilla.
- Pellizcar la pinza nasal con ambas manos para ajustarla a la nariz.
MAS-CA-RI-LLAS
(Azules)
¡Y no se tocan! pic.twitter.com/sCUXrr9mvA— Gemma del Caño (@farmagemma) April 13, 2020
¿Cómo quitarse la mascarilla?
Para retirar la mascarilla los pasos a seguir son:
- Lavarse las manos con agua y jabón o frotarlas con una solución hidroalcohólica.
- Retirar la mascarilla sin tocar la parte frontal de la mascarilla.
- Desechar la mascarilla en un contenedor provisto de una bolsa de plástico (preferiblemente con doble bolsa), y a ser posible con tapa y control no manual.
- Lavarse las manos con agua y jabón o frotarlas con una solución hidroalcohólica.
¿Qué NO se debe hacer con las mascarillas?
- Tocarnos la cara
- Bajarlas para hablar
- No cubrir la nariz
- Bajarlas al cuello o subirlas al pelo
- Desde que empezamos a ponerlas hasta que terminamos, no se deben manipular
Podcast en Saludesfera con María Ramírez sobre el uso de las mascarillas:
FUENTES
OMS. Consejos para la población sobre el nuevo coronavirus (2019-nCoV): cuándo y cómo usar mascarilla
Ministerio de sanidad, consumo y bienestar social. Enfermedad por nuevo coronavirus, COVID-19. Información para la ciudadanía
Consejo general de Colegios farmacéuticos. Qué tipos de mascarillas hay.
Maldita.es. Por qué al salir de casa aunque no tengas síntomas debes comportarte como si ya estuvieras contagiado
Ministerio de sanidad, consumo y bienestar social. Recomendaciones de uso de mascarillas en el ámbito comunitario.
Ministerio de sanidad, consumo y bienestar social. Documentos: Prevención y control de la infección en el manejo de pacientes con COVID-19
1 thoughts on “Mascarillas frente la COVID-19: tipos, utilización y efectividad”
German
(12 febrero, 2021 -11:56 am)Muy buena información