El consumo infantil televisivo: de la televisión de un solo canal a Netflix

 

Los niños españoles ocupan los primeros puestos de los rankings de tiempo dedicado a ver la televisión en Europa. Y no hablamos sólo de televisión tradicional sino de contenidos bajo demanda visualizados en distintos dispositivos. Ser un ejemplo, limitar el tiempo y ofrecer sólo contenidos de calidad entre las recomendaciones de los expertos para unos hábitos saludables.

 

Mucho ha cambiado el entorno en el que se desenvuelve la infancia. Quienes somos padres hoy, vivimos una infancia que está a años luz de la que viven nuestros hijos. De la televisión en blanco y negro con un solo canal a toda una batería de contenidos a la carta, en apenas 60 años. En este tiempo la tecnología ha supuesto un cambio enorme en nuestros hábitos, en nuestro día a día y en nuestro ocio. También en el de nuestros hijos: juegan menos, tienen una vida más sedentaria y, en algunos casos, según estudios recientes, la tecnología incluso puede afectar a su desarrollo intelectual.

Un dato a tener en cuenta es que los niños españoles ocupan los primeros puestos de los rankings de tiempo dedicado a ver la televisión en Europa; por delante de países como Inglaterra, Francia y Alemania. Así lo afirmaba el estudio ‘Kids TV Report’, de la consultora Eurodata TV Worldwide en 2016. Establecer unos hábitos correctos en cuanto a tiempos de visionado y tipo de contenido se vuelve fundamental para una infancia sana, tanto a nivel físico como intelectual.

 

 

El boom de los contenidos bajo demanda

La irrupción de plataformas como Netflix, Filmin, HBO o YouTube ofrecen nuevas posibilidades de entretenimiento para los niños y para sus familias. Cada vez es más fácil acceder a un mayor número de contenidos a través de todos los dispositivos actuales: televisión, tableta y móvil. Contenidos que cada vez gozan de una mayor calidad y disponibilidad.

Para Jacqueline Sánchez Carrero, doctora en Comunicación y directora de Taller Telekids, iniciativa de Educación Mediática para niños, el factor principal que destaca en el cambio del consumo televisivo en las últimas décadas es el dispositivo a través del cual se visiona. “Desde 1926 cuando John Logie Baird inventó el primer sistema de televisión pública, los aparatos se han transformado situándonos ahora en la sexta etapa de su evolución centrada en el “cómo” se consume.  A diferencia de décadas anteriores donde solo había un aparato de televisión y con ella toda su programación en abierto, lo que consumimos ahora son “contenidos televisivos”, que se adaptan a las plataformas digitales disponibles en las distintas pantallas”, explica.

Un estudio realizado en 2017 por Ericsson ConsumerLab sobre los hábitos televisivos en 13 países revelaba que en España casi el 50% del consumo de contenidos audiovisuales será bajo demanda en 2020; siendo el móvil el dispositivo más utilizado, con un 20% del total. Aunque Jacqueline Sánchez prefiere no hablar de cifras, sí destaca que de cinco años a esta parte, el consumo de televisión mira mucho más hacia el contenido bajo demanda. Entre sus puntos fuertes destaca que supone la democratización de los contenidos: el usuario elige qué, cuándo, dónde y cómo. “Este tipo de contenido permite visionar los contenidos no cuando los programadores de los canales de televisión deciden sino cuando el espectador decida. Es cierto que se prevé que en el 2020 cerca de la mitad del visionado lo haremos bajo demanda, pero para algunos esto ya es un hecho”, dice.

¿Qué ventajas tiene este avance con respecto a la televisión tradicional? Responde la directora de Taller Telekids que las ventajas se sitúan en torno al uso y aprovechamiento del tiempo, que considera que es uno de los activos  valorados cada vez más por los padres y madres de hoy, y por la sociedad en general. Añade que además de poder visionar en tiempo real o en diferido, la familia puede disfrutar de contenidos exclusivos creados para ellos; además de disponer de la selección de los programas, “que es una ventaja para la familia de hoy pues tiene la oportunidad de elegir los contenidos para sus hijos en edades pequeñas y de enseñarles a informarse antes de consumir todo lo que sale en las pantallas”. Eso sí, advierte que no todos los programas creados para niños y jóvenes son recomendables, por lo que el contenido bajo demanda debería ofrecer una completa información acerca de los contenidos.

En cuanto a las desventajas, Jacqueline Sánchez apunta que la principal es la tendencia a ver demasiada televisión bajo demanda: “Visionar contenidos -principalmente episodios de series- unos tras otros hace que el espectador pierda el sentido del tiempo y se concentre en el desarrollo de la ficción o de los eventos deportivos sin percatarse de las horas”. En el plano técnico es una desventaja para Sánchez el requisito de contar con conexión a internet si no se tiene decodificador. “Desde una perspectiva amplia, no todas las sociedades cuentan con buen acceso a la red”, señala.

 

 

Buenos hábitos televisivos

Ante la irrupción de esta nueva forma de consumir contenidos televisivos, son muchos los expertos que consideran que para que ese consumo no sea algo negativo se deben seguir algunas recomendaciones en cuanto a tiempos, momentos del día, contenidos y dispositivos. Expertos como Alberto Soler, psicólogo especializado en crianza y coautor de Hijos y padres felices, que ya en 2015 hacía una revisión de casi 40 estudios científicos recientes para “averiguar qué dice la ciencia sobre el efecto que tiene la exposición de los niños a la televisión, móviles, tabletas, ordenadores, etc. o, lo que en términos técnicos se conoce como exposición a pantallas”. Entre las conclusiones destacaba que lo ideal es no exponer a los menores de dos años a las pantallas y en que para los más mayores, se crearan zonas en el hogar libres de pantallas, además de “limitar su exposición total combinada a un máximo de una o dos horas, siempre que el contenido sea de calidad y adecuado a su edad”.

Algunos estudios afirman que el sueño de niños y adultos se altera cuando nos exponemos a televisión, a tabletas o a móviles antes de dormir, por lo que lo ideal sería no ver la televisión ni ningún otro dispositivo justo antes de dormir. También se recomienda no tener en la habitación destinada al descanso ningún tipo de pantalla, de manera que sea únicamente un espacio para el descanso.

Para Jacqueline Sánchez Carrero en una sociedad en la que abundan las llamadas fake news o noticias falsas y en las que el mundo del móvil y el videojuego nos han llevado a normalizar el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas, “es fundamental la educación en medios para que se conviertan en espectadores críticos”. También cree que se trata al final de seguir un estilo de vida en la que es importante lo que señalaba Alberto Soler: “Es nuestra tarea como padres seleccionar lo que vemos en los medios -debido al exceso de información al que estamos expuestos, principalmente los más pequeños-; controlar el tiempo que invertimos frente a las pantallas; y buscar contenidos televisivos de calidad”.

Según la experta, un  consumo saludable pasa por tener conciencia de que somos un modelo para los hijos también en este sentido, y conviene hacerse la pregunta ¿qué tipo de espectador soy? Y, por supuesto, conocer lo qué ven los niños y qué tiempo emplean. “Esto no es tarea fácil pero conviene estar atento a esos contenidos porque puede sacarles provecho en familia. El diálogo en este sentido siempre es positivo, conversar por ejemplo acerca de cómo resuelven los problemas los personajes y qué opinión se está formando el niño. El control del tiempo es otro de los factores fundamentales puesto que todo en exceso es negativo. Jugar a apagar las pantallas debería estar vinculado no con los llantos ni la frustración, sino con la experiencia de tomar decisiones para hacer cosas distintas, disfrutar del tiempo aprendiendo de libros, haciendo deporte o compartiendo cara a cara con familia y amigos”, concluye.

 

 

Autor entrada: Diana Oliver

1 thought on “El consumo infantil televisivo: de la televisión de un solo canal a Netflix

    Nueve meses y un día después

    (30 octubre, 2018 -7:53 am)

    Qué buen artículo, Diana. La semana que viene hablo yo en el blog sobre niños y pantallas así que enlazaré esta entrada proque aporta otro tipo de información.
    ¡Gracias!

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