220 blogs de paternidad en castellano tiene contabilizados en su feed Joaquim Montaner, creador del movimiento Papás blogueros. Son pocos, reconoce. Sobre todo si se comparan con los miles que existen de mujeres. Pero son muchos más que hace 5, 6, 7 u 8 años. Y quizás, por ahí se empieza. Hablamos según Joaquim, de blogs que han ido creciendo “fundamentalmente en la línea de compartir dudas o inquietudes, así como en compartir experiencias o situaciones concretas”, aunque todavía son pocas en su opinión las páginas que centren su atención “en lo emocional”, una barrera que tradicionalmente nos ha costado superar a los hombres. Así lo corrobora José María Ruiz, autor de bitácora La parejita de golpe: “lo de hablar de nuestros sentimientos es otra cuestión. Los hombres que nos lanzamos a escribir un blog sin duda hemos perdido el miedo. Pero fuera de las redes sigue siendo raro encontrar y entablar conversaciones entre hombres abiertamente sentidas y desde el corazón y los sentimientos”.
La duda es si ese crecimiento lento de papás blogueros es también un reflejo de un crecimiento, igualmente lento, de padres implicados, presentes y que, como afirma Joaquim Montaner, han añadido una nueva capa a sus esquemas mentales para tener siempre presente la preocupación por su descendencia, ese trabajo de gran carga psicológica y mental que por regla general hemos delegado siempre en las mujeres. “Creo que sí es un reflejo, que hay una mayor presencia, aunque fuera de nuestra burbuja somos una minoría”, reflexiona Marq Van Kooverden, autor del blog Padre en Estereo y cofundador de la comunidad Blogdads, que coincide en la necesidad de empezar a asumir también esa carga psicológica: “No vale con implicarse haciendo las cosas, hay que implicarse pensándolas, teniendo todo en cuenta. La carga mental de cuando toca una vacuna por encima de ir a poner la vacuna. Saber que toca poner una lavadora por encima de poner la lavadora”.
¿Y qué pueden aportar los blogs de paternidad en ese sentido, en esa lucha por una igualdad real en todas las materias, también en la de la crianza de los hijos? “Visibilidad y normalización”, enumera sin dudarlo José María Ruiz, que matiza que desde los blogs no se pretende dar ejemplo, pero sí hacer ver que para los hombres también es normal criar, cuidar, acompañar, amar: “Es importante mostrar que podemos hablar de nuestros hijos e hijas entre nosotros, que podemos escucharnos, compartir experiencias, miedos y sentimientos, que podemos apoyarnos. Que la conciliación, la responsabilidad y sobre todo los cuidados de las personas, las casas y las cosas, y las familias también es cosa nuestra. Y que no podemos permitirnos el lujo de escurrir el bulto. Es una de las vías que tenemos de luchar por la igualdad”.
Mucho camino por recorrer
Visibilizar la entrada de los hombres en la esfera de los cuidados siempre ha sido una de las reivindicaciones del trabajo que llevan a cabo los padres blogueros, porque como explica el autor de La parejita de golpe “cuando dejemos de ver los cuidados como algo que no nos corresponde, se podrá poner en marcha el cambio. Al menos ese es el cambio que puede catalizar todo lo demás, y la base para que nos acerquemos a una igualdad real”.
Sin embargo, para que ese cambio se efectivo, una realidad, los tres padres entrevistados reconocen que aún queda mucho camino por recorrer. Prueba de ello la encontramos en las escasas medidas de conciliación que existen en nuestro país. Pocas, pero a las que en porcentajes superiores al 90% solo acceden las mujeres. “Los datos son demoledores: Quizás nos preocupamos mucho sobre los asuntos de (des)conciliación, pero no hay reflejo en la práctica: No nos ocupamos. Y queremos padres que se preocupen y que también se ocupen”, explica Joaquim Montaner. Su opinión la respalda Marq Van Kooverden, que considera que el de la conciliación es uno de los aspectos en los que el machismo “nos afecta más a los hombres como género. El macho Alpha caza, no cría. Tenemos programado de manera demasiado profunda ese rol de género”.
José María Ruiz es parte “del ridículo y casi inexistente” porcentaje de hombres que recurren a las medidas de conciliación. 4’7% del total de reducciones de jornada para cuidado de familiares, por ejemplo, según datos de 2015. Tras seis años con una reducción para cuidar de sus hijos dice seguir sintiendo que la percepción que se tiene de que un padre hombre opte por una reducción o una excedencia “es de extrañeza”, lo que le lleva a la conclusión de la necesidad de un cambio de mentalidad de los hombres. “Tiene que empezar a imponerse una nueva masculinidad, empezando por naturalizar y asumir como propias las labores de cuidados y la responsabilidad. Es relativamente normal que un hombre no necesite recurrir a medidas de conciliación para disfrutar de su ocio o sus actividades fuera del entorno familiar. Las mujeres tienen que recurrir a medidas de conciliación, que son básicamente sacrificios laborales o personales, o incluso abandonar y sacrificar sus carreras y vocaciones, simplemente para dedicarse a la crianza. ¿Es esto equiparable? ¿Es esto igualitario? ¿Es esto justo?”, se pregunta.
Queda claro, por tanto, que sigue haciendo falta un cambio de mentalidad a nivel privado, de cada uno, para que la generalización de padres preocupados y ocupados sea una realidad tangible. Pero, ¿pueden ayudar determinadas medidas a allanar el camino, a forzar la implicación total de los padres en la crianza de sus hijos? “Tenemos un referente legislativo, salvando las distancias, en el caso que nos ocupa y es el cambio masivo en la percepción del tabaquismo. Se necesitan leyes que, por su fuerza normativa y por ser de obligado cumplimiento para todas las personas, cambien los valores y las costumbres del conjunto de la población”, argumenta Joaquim Montaner.
En ese sentido, y en la misma línea que el fundador de Papás Blogueros, se pronuncia Marq Van Kooverden, que apuesta por la “igualdad en los permisos de maternidad y paternidad, por fomentar el teletrabajo, por regular los horarios de oficinas y comercios y por disponer de días para cuidados, entre otras cosas”. Medidas políticas que según el autor de Padre en Estereo deberían ir acompañadas de medidas sociales “como los grupos de nuevas masculinidades, escuelas de padres o grupos de apoyo a la paternidad. A los padres nos falta la piña que se crea en torno a las madres. La tribu”.
Un eslogan para el Día del Padre
Un eslogan para el Día del Padre, les pido a los tres a modo de conclusión, de refuerzo de lo que hemos hablado en las entrevistas. Cualquiera de ellos podría encabezar una campaña para que la efeméride fuese una reivindicación de lo mucho que, como colectivo, nos queda por hacer:
José María Ruiz: “Tenemos que salir de ese armario del machismo egoísta que nos castra a nosotros, las martiriza a ellas, y nos hace fracasar como sociedad”.
Marq Van Kooverden: “Si quieres ser padre, sé Padre”.
Joaquim Montaner: “Como dice Pau Almuni, el día del padre y todos los días, regalemos a nuestras criaturas un padre”.
2 thoughts on “Día del padre: blogs para visibilizar y normalizar la paternidad”
Padre preocupado
(20 marzo, 2018 -3:36 pm)Hace un tiempo me di cuenta de que no ayudaba lo suficiente en la casa. Me parecía que sí, pero desde que tuvimos un hijo, yo mismo, quizá por esa cosa de la presión cultural, dejé de ocuparme. Grave error. Los hombres debemos integrarnos plenamente en las tareas y los cuidados de la casa, indistintamente, igual que las mujeres deben disponer de la libertad para alcanzar aquello que se propongan, en igualdad de condiciones.
Mauro Madrid
(16 agosto, 2018 -1:08 pm)Efectivamente, el día del padre debe servir para visibilizar la paternidad. La paternidad es algo de lo que poco a poco he aprendido a disfrutar. Mi mujer y yo trabajamos ambos y, por razones que no vienen al caso, pasé un par de meses en el paro. Por las mañanas, me quedaba cuidaban a nuestro hijo (antes lo dejaba siempre en la guardería) y gracias a eso tuve que relacionarme con cosas de las que no tenía ni idea. No sólo con cuestiones alimenticias, sino también relacionadas con el bienestar y la salud. No quiero ni contaros mis aventuras con el bismuto subsalicilato jaja.