Si algo hay en común en los blogs que forman Saludesfera es que, en su mayoría, dada la temática de la comunidad, sus autores han estudiado carreras científicas o muy relacionadas a ellas. Este mes, con motivo del Día Internacional de la Mujer, desde Saludesfera queremos proponeros un carnaval de publicaciones sobre el siguiente tema: Barreras para las mujeres que quieren ser científicas.
Buscamos así, no solo hacer un guiño a este día, sino, también, al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se celebró el día 11 de febrero. Ambas son fechas que, aunque separadas en el calendario, sin duda, van juntas de la mano.
Si el 8 de marzo se revindica el papel de la mujer en la sociedad, se pide la igualdad de derechos para todas las personas, sean del sexo que sean, la igualdad salarial en el mercado laboral para mujeres respecto a los hombres, y el final de la discriminación por razón de sexo; El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia revindica el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de estas.
Aún en el 2018 las mujeres tenemos que luchar contra el “Efecto Matilda”. Este término, se usa en el mundo científico para hacer referencia al olvido sistemático del trabajo de las mujeres científicas. Es una referencia inversa al “efecto Mateo” que consiste en que cuanto más éxito tienes, más fácil es lograrlo de nuevo. En el caso de las mujeres es al revés y se utiliza ese nombre también en honor a Matilda Joslyn Gage, una activista por los derechos de las mujeres.
Este mes, además, se cumplirán tres meses de la muerte Ben A. Barres. Quizás, no sepas quién fue, pero su experiencia en este tema tuvo una gran relevancia en relación con ambos días.
El Dr. Barres era licenciado en biología por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), tenía un título en medicina de Dartmouth, un doctorado en neurobiología de Harvard y fue profesor de neurobiología en Stanford. Hasta su cirugía en 1997, su nombre era Barbara, y él era una mujer. El profesor Barres era transgénero y experimentó la vida como científico femenino y masculino. Su experiencia como mujer y como hombre le dio una visión personal de los prejuicios que dificultan el éxito de las mujeres en la ciencia. Ben lo sufrió en sus propias carnes y fue un gran defensor de que la razón de la diferencia de género en ciencia no es otra que la discriminación.
Su lucha contra las opiniones sexistas comenzó tras asistir a una charla de Lawrence H. Summers, entonces presidente de Harvard, en la que sugirió que las diferencias genéticas entre hombres y mujeres, concretamente, deficiencias intelectuales innatas en las mujeres, podía ser la explicación de por qué hay menos mujeres en las ciencias.
A lo largo de su carrera Barres vivió diversos episodios que dejaron patente esta discriminación. Cómo única mujer de su clase, siendo estudiante de biología en el MIT, Barres resolvió una vez un problema matemático difícil que dejó perplejos a muchos compañeros de clase, la respuesta de su profesor fue: «Tu novio debe haberlo resuelto por ti». Aunque era la estudiante más destacada de la clase, le fue difícil conseguir un supervisor para su investigación y perdió una beca frente a un hombre que tenía una sola publicación, a pesar de que Barres ya tenía seis.
Tras su cambio de sexo, Ben explicó que la principal diferencia que había notado es que las personas que no sabían que eran transexual lo trataban con mucho más respeto en el terreno laborar.
En el 2018, los datos muestran que las mujeres que quieren dedicarse a la ciencia se encuentran todavía con muchas barreras. De hecho, según un estudio aportado por la ONU, la probabilidad de que las estudiantes terminen una licenciatura, una maestría y un doctorado en alguna materia relacionada con la ciencia es del 18%, 8% y 2%, respectivamente, mientras que la probabilidad para los estudiantes hombres es del 37%, 18% y 6%. Y, a pesar, que la presencia en estudios universitarios la mayoría es de mujeres, solo se ven como científicas en el futuro un 7%. El estudio de “Científicas en cifras” muestra que cuanto más alta es la escala en el rango del puesto, menor es la participación femenina y que solo, el 28% de las investigadoras científicas son mujeres.
En este mes “clave” para la mujer, en Saludesfera te proponemos que desde hoy y hasta que acabe marzo, nos cuentes tu experiencia, tanto si eres hombre como mujer, respecto a este tema. Preguntas como ¿Sentiste discriminación por sexo durante tu formación? ¿Lo viste en alguna compañera? ¿Te intentaron tus amigos o familiares convencer para que hicieses una carrera que no fuese científica por el mero hecho de ser mujer? ¿Qué razonamientos te dieron para ello? ¿Tuviste mayor número de profesores hombres o mujeres durante tu formación?
Contando nuestras historias ayudaremos a dar visibilidad a un problema que, aún en el siglo XXI, sigue pasando.
Puedes contarnos tus experiencias en tu blog, vlog o podcast usando el HT #EfectoMatilda y subir tu link aquí:
Este carnaval de posts está hecho en colaboración con Tú cuentas mucho de Novartis Farmacéutica S.A. la web para pacientes, familiares y amigos de los afectados por alguna enfermedad.