30 Padres 30 Días
Ya hemos superado el ecuador de la campaña #30Padres30Días, campaña conjunta entre Papás Blogueros y Madresfera. Hoy publicamos la campaña número 16.
Hemos creado esta campaña basada en el #30Fathers30Days de The Pixel Project para:
– Dar visibilidad a la paternidad implicada
– Resaltar los beneficios que esta genera en el padre, su familia y su entorno
Durante todo el mes iremos alternando las publicaciones de las entrevistas entre Madresfera y Papas Blogueros. Hoy contamos con el testimonio de Gabriel Almada.
Soy argentino, nacido en la ciudad de Necochea. Viví en Buenos Aires por veinte años hasta que me mudé a Canadá a fines del año 2000. Vivo en Kitchener-Waterloo, Ontario, junto a mi esposa y mis tres hijos menores (el mayor está estudiando y jugando al fútbol en Estados Unidos). Viajo mucho por trabajo, hago música cuando puedo, y me dedico a dirigir equipos de fútbol en mi tiempo libre (el fútbol de verdad, no el americano). Escribo mi blog ‘Live from Waterloo’ desde 2007, siempre utilizando los dos idiomas que hablo más (inglés y español).
¿Qué es lo mejor para ti de ser padre?
Ser padre es sin dudas el mejor trabajo que he tenido en mi vida. He disfrutado mucho cada momento de la vida de mis hijos, desde sus nacimientos hasta el día de hoy. Viví sus años de bebés, luego sus transiciones a la niñez, a la adolescencia y ahora en algunos casos a la vida adulta, y fue una experiencia increíble. Me enorgullece haber estado siempre ahí, junto con mi esposa, para guiarlos, aconsejarlos, escucharlos y ayudarlos. Me llena de satisfacción saber que he contribuido a la educación de cuatro personas con buenos valores, afectuosos, respetuosos y felices. Cada pequeño momento que he vivido con ellos lo he atesorado, y en muchos casos, por suerte, los he registrado ya sea en mi memoria, en papel… o en mi blog. Escuchar gente a la que ni conozco hablar bien de mis hijos, o leer en los periódicos o hasta en la TV local sobre sus logros académicos o deportivos… esas cosas son las que me dan más satisfacción y me hacen sentir orgulloso de ser padre. Daría mi vida por cualquiera de ellos, cualquiera fuera la circunstancia.
Un padre suele ser el primer referente masculino en la vida de una persona; los padres tienen un impacto muy importante en las actitudes que desarrollan sus hijos varones en sus relaciones con niñas y mujeres. ¿Cómo ha sido la influencia de tu padre en la manera en la que ves y tratas a las mujeres y las niñas?
Lamentablemente yo no pude vivir mucho con mi padre, ya que mis padres se separaron cuando yo sólo tenía seis años de edad. Luego me fui a vivir a Buenos Aires, y sólo lo veía en los veranos y algunas veces por el fin de semana durante la época de escuela. Tuve una relación muy buena con mi padre, a pesar de la distancia; el pensaba igual que yo: su vida pasaba por la de sus hijos, y siempre estuvo muy orgulloso de mí y de mis hermanos. Además, y esto es algo que valoro mucho, nos lo decía. No podría decir que él tuvo influencia directa en la manera en que trato a las mujeres y a las niñas, pero evidentemente he heredado mucho de su forma de ser, porque más de una vez me han dicho que me parezco mucho a él. Yo siempre he sido muy respetuoso de las mujeres y niñas en general, y de las mías en particular. Trabajo mucho con niñas en mi condición de coach de fútbol, y no he tenido más que satisfacciones en mi trato diario con ellas, lo que no es fácil cuando uno lidia con un grupo de adolescentes!
Muchas comunidades y grupos de activistas alrededor del mundo reconocen que la violencia hacia las mujeres NO es un asunto de mujeres, sino de derechos humanos y potencian el papel de los varones para detener la violencia. ¿Cómo piensas que los padres y otros referentes/modelos masculinos pueden ayudar a los adolescentes y a los niños a tomar interés y dar un paso al frente para prevenir y acabar con la violencia hacia niñas y mujeres?
En mi modesta opinión, el primer paso es poder sacar la diferencia de sexo de la ecuación. La violencia es siempre mala, sea ejercida contra las mujeres o los hombres. Decir que la violencia de género es un problema de mujeres es para mí decir tácitamente que la mujer es una minoridad y eso yo nunca lo voy a aceptar. Sé que esto no es cierto en buena parte del mundo, por distintos motivos religiosos, sociales o culturales, pero las mujeres debieran tener los mismos derechos y las mismas oportunidades que los hombres. No hay diferencia entre los unos y las otras, sólo el género. Yo jamás hago diferencia alguna, y me gustaría creer que mis hijos tampoco lo hacen. Si tengo la contradicción típica del latino, porque al mismo tiempo me gusta tratar bien a las mujeres, respetarlas y hacerlas sentir bellas, algo que también inculco a mis hijos varones. Por suerte, ellos también han aprendido a tratar a las niñas como merecen, a pesar de que es difícil hoy en día con tanta vulgaridad y abuso que se vive en las redes sociales, por ejemplo. Me encanta pensar que mis hijos nadan contra la corriente en ese aspecto.